En Argentina el amor se refleja en las mascotas, de hecho la tendencia “milenial” de tener familia con un hijo mascota es común. El debate está en su comida ¿es gastronómica? O simplemente es cocina, este artículo revela emprendimientos de viandas con cocina preparada, snacks nutritivos y pastelería tolerable tanto para perros como para gatos.
La redactora colombiana, Cristina Gómez, especialista en publicidad con énfasis en Branding y diseño de estrategias de comunicación gastronómica profundiza en el trasfondo de un plato y todo lo que hay detrás de él desde un punto de vista humano y social.
Parrilleras importantes y carnicerías de a pie de Buenos Aires cambiaron su modalidad al delivery y al Take Away en medio de la cuarentena para seguir sobreviviendo ante esta situación de pandemia. Los mostradores ahora pasaron hacer páginas web y los pedidos se hacen a través de redes sociales y Whatsapp.
Por los challenges de Instagram sobre canciones de color, nos preguntamos como sería adaptarlo a productos gastronómicos, en otras palabras a comida y bebida, y esto fue lo que salió, un playlist para comer en cuarentena.
Enlatados, envasados, embotellados, chicos o grandes, en combos, los cocteles recurrentes en las barras de los mejores bares de Buenos Aires ahora están disponibles en formato personal para disfrutar, ya sea viendo una película en Netflix o haciendo un Tik Tok en casa.
El Smartphone o teléfono inteligente con miles de aplicaciones ha hecho que cada aspecto de la vida cotidiana sea más sencilla, desde escoger nueva ropa hasta una hamburguesa directamente a la puerta de la casa, el debate está entre las condiciones laborales de sus trabajadores y la facilidad que ofrece la entrega personalizada.
El chef venezolano Ricardo Ceballos junto a 20 cocineros de 10 nacionalidades realizaron un recetario gratuito de 40 preparaciones en 15 días basados en la cesta básica latinoamericana para dar su aporte a la comunidad en medio de la cuarentena por el Covid-19.
Un análisis que explica la idea de paneles divisorios para volver a la actividad gastronómica en el mundo. La idea es poder mantener la distancia social que estipula la Organización Mundial de la Salud para no expandir aún más el virus y así volver a la práctica habitual de comer en la calle, pero adaptada a la “nueva normalidad».