La cuarentena ha llevado a más de un empresario, emprendedor y restaurador a refugiar su negocio o empresa a las empresas de delivery, mejor conocidas como apps de servicio a domicilio. Glovo, Rappi, Pedidos Ya, Uber Eats se muestran como alternativas para mantenerse a flote en medio de la pandemia del Covi-19 pero realmente “tienen alto precio”.

Asociaciones Hoteleras y de Restaurantes de toda Argentina se unieron el 19 de mayo en un “Apagón App” para pedir la reducción del valor de las comisiones que pagan a las aplicaciones de delivery. Aseguran que el valor ronda un 30 por ciento de la venta de los restaurantes y en algunos casos llega hasta el 40%.

Estos porcentajes literalmente “desangran” a los pequeños emprendedores de bares y restaurantes en diversas ciudades de Argentina.

“Con el inicio del aislamiento social obligatorio y el consiguiente cierre de bares y de restaurantes, el único canal habilitado para la venta de comidas elaboradas pasó a ser el delivery, el cual se comercializa casi su totalidad a través de PedidosYa, de Rappi o de Glovo”, indicaron en un comunicado a nivel nacional.

Las comisiones de estos portales siempre fueron altas, pero desde el comienzo del aislamiento obligatorio se incrementaron para nuevos usuarios hasta el 35% más IVA y gastos, lo que redondea picos del 43%, todo ello amparado por la nula regulación que el estado ejerce en esta materia,” a quien exigimos tome urgentes medidas para resolver estos abusos”, precisaron en el documento la Cámara empresaria.

A esto los restaurantes y bares optaron por un canal directo a través de redes sociales y whatsaap para disminuir el flujo de trabajo de domicilio a través de las aplicaciones. “El vínculo es tan arbitrario y desigual que ellos deciden comisionar sobre el precio total de venta, incluido el IVA, lo que es un disparate”, sentenció la comunicación.

Una Rappida respuesta

La entidad ya demandó a las plataformas a que redujeran sus comisiones y la única empresa que respondió fue Rappi, que argumentó que no pueden realizar una reducción en el arancel porque operaron a pérdida en abril y en mayo y que aun así se mantuvo la actividad por ser considerada un servicio a la comunidad.

“Durante este tiempo estaremos priorizando las inversiones en nuestras operaciones y en medidas de seguridad para servir mejor a toda la comunidad de Rappi”, explicaron en un comunicado.

Aseguraron que comprenden la situación de los gastronómicos y que por eso implementaron algunas medidas para favorecerlos, como modificar la periodicidad de pago de quincenal a semanal “para ayudar a la liquidez de los restaurantes”.

“También para apoyarlos habilitamos que los usuarios, al realizar un pedido en un restaurante, puedan donar el monto que quieran al personal del comercio para compensar sus propinas”, agregaron.

Alternativas a las apps

Viendo el panorama desfavorable para los emprendedores, la empresa de consultoría y administración gastronómica, Plus Asesoría, diseñó una serie de herramientas para hacerle frente a la imposición porcentual de las apps de delivery.

1. Sistema de ventas

• Tener un sistema de venta directo propio, ejemplo Waitry, esto ayuda a que el cliente se sienta dentro de una APP y a ustedes les ingrese el pedido dentro del sistema sin el uso de WhatsApp.

• En caso de no tener un sistema que aplique a una solución propia usar WhatsApp business y solo aceptar pedidos mediante el catálogo.

• Tener información ya lista para enviar mensajes directos sin escribir.

• Tomar solo pedidos por un solo medio no tener varios canales.

• Estrategias

• Utilizar las apps como estrategia para adquirir clientes y transformarlos en propios, no son nuestros enemigos son empresas de marketing.

• Poner folletos en todos los pedidos con promos mejores a las de las apps y explicando que es más barato pedir directo.

• Potenciar las promos de take away (durante y levantada la cuarentena) y desalentar el delivery mediante cobro del mismo.

• Hacer la cuenta que tan caro y que tan barato puede ser utilizar una apps, ¿Cómo? Analizar cantidad de pedidos enviados por las apps, monetizar la comisión y luego hacer el ejercicio si tenemos que contratar motos para un reparto propio sumando contingencias, como accidentes y despidos.

• Determinar hasta cuánto se está dispuesto a perder en pago de comisiones en tranquilidad al no tener un equipo de reparto.

• Motos o bicicletas

• Armar salidas programadas por horarios dependiendo el negocio cada 10’ 15’ o 20’.
• Tratar de no salir con un pedido.

• Utilizar promos (agresivas) para pedidos antes de las 20hs.

• Hacer arreglos por días de trabajo y no mensuales.

• Hablar con colegas cercanos y compartir los gastos de mantenimiento, especialmente en la semana.

• Siempre tener las motos y bicicletas con seguro de accidentes personales.

Delivery propio

1. El servicio de delivery en la mayoría de los casos, exceptuando a los que se dedicaban a esto exclusivamente como por ejemplo el ramo de sushi, es solamente una manera de afrontar algunos gastos en la situación actual.

• Antes de aventurarse a hacer delivery medir cuáles son los costos fijos a cubrir y cuál será el costo del producto, descontarle la comisión se llegara hacer a través de plataformas como Rappi, Glovo, etc (en favores) y también tener en cuenta los descartables o packaging.

• Ver la opción whatssap business o empresa para tratar de tener un catálogo digital de los productos y realizar el delivery nosotros sin utilizar plataformas.

• Considerar que el delivery en el mejor de los casos  ha llegado a representar el 30% de lo que eran sus ventas antes de la crisis por la pandemia.

• Antes de generar el servicio de delivery ajustar  recetas y reducir la oferta a pocos productos, que sean rentables y lleguen al cliente en excelentes condiciones con esta modalidad.

• Intentar dar rango horario para la entrega de pedidos y facilitar la logística.

• De ser posible publicar en redes con anticipación las ofertas y dar descuentos especiales a quienes pagan en efectivo y piden con antelación.

• Abrir para ofrecer el servicio solamente los días de alta facturación.

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Daniel Franco (Máster en comunicación y periodismo gastronómico)