La pandemia por el Covid-19 trajo como consecuencia una cuarentena que ha desarticulado la estructura de cualquier emprendimiento gastronómico o restaurante que no pudieron prever el panorama del hoy. El encierro llevó a una gran demanda de productos para llevar o a domicilio y obligó a los restauradores a reinventarse para cumplir a sus clientes pero sin ningún guión escrito.

Ensayo y error han sido las dos variantes favoritas no sólo de grandes restaurantes sino del pequeño productor. Probar, pensar y ser creativos han sido las banderas de chefs y cocineros en Argentina pero, sin duda alguna el mayor reto es el packaging o los envases.

Cajas con envases translúcidos, latas, botellas, bolsas negras, bandejas, salsas en recipientes con tapa y bolsas cerradas al vacío están a la orden del día gracias a Rappi, Uber Eats y Pedidos Ya. Y es  que sumado al trabajo intermitente de las empresas de packaging por la cuarentena se ha generado un caldo de cultivo que crece exponencialmente dado por la misma realidad.

Lo que se ha logrado reducir en el impacto medioambiental con bajas tasas de CO2 por la ausencia de vehículos y transporte público desde el inicio de la cuarentena, se ha visto amenazado por el aumento de la utilización de empaques plásticos para ensaladas, hamburguesas y hasta pizzas en la era del delivery y el take away.

Después de un shock inicial por la pandemia, los restaurantes y los emprendimientos de gastronomía se han ido adecuando a empaques más estéticos, prácticos y sobre todo más ecológicos para evitar un mayor impacto en el medioambiente.

Cubiertos reutilizables

Ciclo sin Fin es un emprendimiento de utensilios de cocina elaborados a base de la caña castilla, una gramínea de la familia del bambú que crece en zonas semiáridas. Micaela Pontoriero descubrió las características de este material mientras estudiaba diseño industrial y trabajaba en una empresa de tecnología láser en la provincia de San Juan.

Los eco-utensilios de Ciclo Sin Fin se comercializan en 70 tiendas naturistas y de diseño en todo el país y tiene una vida útil de hasta 300 veces. Se trata de un “bioproducto” con sello argentino elaborado en base a materiales de origen agroindustrial, renovables y biodegradables, en el que una vez cumplido su ciclo de vida, puede volver a la tierra y convertirse en abono.

“La caña castilla es considerada maleza, y salvo en algunas construcciones rurales, no tiene uso. Sin embargo, tiene muy buenas características de maleabilidad y resistencia”, explicó Pontoriero al Diario Los Andes. “Es ideal para un utensilio que se puede lavar y reutilizar, y al final de su vida útil vuelve a la naturaleza, ya que se puede quemar o compostar”.

En su web destacan que hasta su diseño está pensado para ser portable, “la curvatura natural de la caña permite que se acoplen y ocupen poco espacio. Son aptos para el consumo de todo tipo de bebidas y alimentos, además los cuchillos cortan alimentos fibrosos sin problemas”.

Tienen sets Eco Kids de 0-4 años y de 5-10 años, cucharitas para cafeterías o postres, un set de cubiertos para picadas, set de cubiertos clásicos y eco sorbetes.

Bolsas biodegradables

Una de las mayores preocupaciones son las bolsas de plástico uno de los productos más contaminantes que existen pero en Córdoba crearon una alternativa ecológica para ellas. Biotránsito una empresa argentina ha logrado a base de Bioplásticos la elaboración de productos biodegradables y compostables fabricados con materia prima vegetal.

Biotránsito utiliza materias primas orgánicas derivadas de fuentes renovables diferentes, tales como aceites vegetales y almidones, esto significa que las características de los productos fabricados son amigables con el medio ambiente. Además se apoyan principalmente para soplados y termo formados parecidos a las del polietileno de bajas temperaturas conservando siempre su carácter de biodegradable  y compostable.

Para ellos el reciclado de productos no renovables como el plástico es fundamental para el aprovechamiento de desechos que no se degradan naturalmente, por ello los reciben y pueden reciclarlos unas 5 a 6 veces el mismo material. Pudiendo incrementar este número también si se agregan a la mezcla aditivos en el material para mejorar sus propiedades.

Dentro de su línea principal están bolsas de bioplástico que son biodegradables de 30, 35 y 40 micrones con tamaños de 30x40cm, 15x20cm, 25x55cm, 60x90cm, 90×1.20cm y bolsas biodegradables y compostables. Además de una línea de cubiertos de madera y sorbetes de papel.

Bio Packaging

Los envases compostables para gastronomía son uno de los mayores aciertos para el actual panorama de cuarentena tanto para restaurantes como para productores. Estos emprendedores argentinos ofrecen packaging para distintos usos a restaurantes como Proper, Dabbang y Sucre que han optado por sus productos.

Esta empresa joven con alrededor de dos años de existencia se ha dedicado a la investigación, estudio y desarrollo de empaques ecológicos, sustentables y biodegradables como alternativas sustentables para el Packaging en Argentina.

Estos envases fueron aprobados por INAL y Senasa para su uso en contacto con alimentos. Además de los certificados por organismos Internacionales correspondientes.

Cuentan con envases cuadrados 24x24x7,5cm, rectangulares 12x23x7,5cm, servilleta ecológica para cumpleaños, platos ecológicos para fiestas, plato ecológico con tapa transparente, bowl redondo con tapa transparente, bowl ovalado con tapa transparente y además bolsas biodegradables y cubiertos reutilizables.

Los empaques son 100% biodegradables y aptos para horno suave, microondas y freezer, y las bolsas se biodegradan en 180 días en tierra o compost, al igual que se pueden freezar y sellar con calor.

Apuntan en sus redes y proponen a sus clientes compostar o enterrar sus envases, bolsas y cubiertos cuando terminen de usarlos. “El ciclo de uso de un plato es 6 meses, lo comprende su vida de esta manera: llenar, vaciar, lavar y enterrar y en ese lapso de tiempo desaparece del medio ambiente”.

Vasos y envases de Ecopapel

Cadrinorte una empresa que desde hace más de 30 años ha estado enfocada en la industria del envasado de alimentos, y al ver el aumento de la demanda de packaging para el creciente delivery también se unieron a la cruzada de lo sustentable con su marca U-Bio de envases biodegradables.

Esta división ofrece recipientes gastronómicos biodegradables a base de Ecopapel que soporta grasas y húmedos y que se degrada en 15 semanas. El material es producido por la empresa filandesa  Kotka Mills.

Ofrecen vasos que soportan bebidas frías y calientes de 8,12, 14 y 16 onzas, ensaladeras, packaging para finger food, envases rectangulares que favorecen la conservación de la temperatura del producto para delivery, para el take away envases rectangulares con tapa bisagra, envases de forma piramidal y bolsas, todas hechas en eco papel.

100% libre de plástico este material es ideal para el delivery, además de esto Cadrinorte proporciona empaques descartables de polipapel, bandejas y vasos, y botellas de plástico reciclables.

Bolsas compostables

La tecnología del siglo XXI a diferencia de la era industrial ha hecho que la preocupación por el medioambiente sea cada vez más creciente por eso empresas como Mamaland apuestan por materiales con productos bio para así reducir la concentración de desechos no biodegradables.

Mamaland ofrece una amplia gama de productos y soluciones biodegradables y compostables divididos en línea comercial, hogar, mascotas y empresarial. Todas son bolsas de origen vegetal tales como almidón de maíz y polímeros biodegradables obtenidos a partir de materias primas renovables.

Esto permite la biodegradación por parte de microorganismos para obtener sustancias sencillas: agua, dióxido de carbono y biomasa, fácilmente asimilables por el medio ambiente, en el caso de sus bolsas se degradan entre 90 y 180 días.

A nivel internacional, el material que utiliza Mamaland está certificado como compostable por la norma Europea EN 13432. En el plano local certifica el producto final fabricado nacionalmente; el Centro de Biodegradabilidad y Compostabilidad formado entre la Universidad de San Martín, INTI-Plásticos, el Laboratorio de Polímeros y Materiales Compuestos (UBA) y la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (UBA).

Empaques degradables

En el caso de Compostame crean envases sustentables de fuentes renovables y vegetales. El nombre lo colocaron porque el compost transforma un residuo en un recurso con impacto positivo. Es un proceso biológico controlado que transforma la materia orgánica en abono natural y al descomponerse el material orgánico se obtiene compost.

Una de las cosas que más destacan de esta empresa es que forman a sus clientes para que entiendan el proceso de compostaje, de hecho en su página web hay una guía descargable para ver gráficamente el ciclo de descomposición de sus productos.

Su línea de envases que producen con materias primas reciclables se dividen en Vianda, Cubo, Plato y Doy Pack. Las tres primeras son planas, autoarmables, bio basados, biodegradables y apilables, así que reducen espacio.

En el caso de la Vianda es un envase rígido, apto para líquidos, comidas calientes y freezer. Y sirve  para reemplazar packs de plástico en envíos de comida. El Cubo tiene las misma características pero cuenta con tapa removible y el plato es abierto hecho del mismo material ideal para pizzas.

El Doy Pack está hecho de Papel Bio, sin zipper y se cierra herméticamente con termoselladora, ideal para café en granos y líquidos.

Compostame entrega sus envases planos para minimizar el espacio de guardado y disminuir la huella de carbono al ser ensamblada en el punto de compra. El ensamble es simple y va con un video tutorial para aprender a armarlas.

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Daniel Franco (Máster en comunicación y periodismo gastronómico)